Cómo detectar y alejarse de las relaciones tóxicas
¿Has tenido contacto alguna vez con una persona que te quitaba la energía, a la que complacías todo el tiempo y que de alguna manera te llenaba de cargas, frustraciones e incluso culpa? Ya sea una amistad, una pareja, un conocido o un miembro familiar, este tipo de relaciones no son más que tóxicas. Cuanto antes las identifiques y te deshagas de ellas mejor.
Qué son las relaciones tóxicas
Seguramente en algún momento de tu vida te hayas visto involucrad@ en alguna de las siguientes situaciones:
Estás pasando la tarde con una supuesta amistad, que no hace más que criticar a otra amistad, conocid@ o cualquier persona con la que os cruzáis por la calle. ¿El motivo? Vale todo: el físico, lo que dicen, lo que hacen, etc. El caso es criticar sin parar y mientras lo hacen, parecen esperar tu aprobación. Esto da que pensar porque si constantemente critican a cualquiera, ¿podrías ser tú también objeto de esas críticas cuando no estás presente?
Acaban de darte una beca para ir a estudiar al extranjero y estás tremendamente emocionad@. Un miembro de tu familia se entera y en lugar de felicitarte o alegrarse por ti, no hace más que poner pegas y advertirte de lo duro que va a ser y lo mal que lo vas a pasar. Es pesimismo puro convertido en persona y te acaba por arruinar el día.
Has quedado con tus amigos para salir de fiesta pero en lugar de divertirte te pasas la noche contestando mensajes a tu pareja: ¿dónde estás?, ¿qué haces?, ¿cuándo vuelves?, etc. No solo tu pareja te controla todo el rato, sino que incluso llegas a sentirte mal si no le contestas de inmediato porque claro, nadie se preocupa y te quiere tanto.
Llevas bastante tiempo quemad@ en tu actual trabajo. No te llena, trabajas demasiadas horas y no te entiendes bien con tus jefes. Por suerte, acaban de ofrecerte un puesto estupendo en otra empresa y se lo cuentas a tu actual compañer@ de trabajo. ¿Su reacción? Todo lo contrario a un ¡enhorabuena, te lo mereces! La envidia le corre por las venas.
Hace varios días que le preguntaste a una amiga si le apetecía ir a un evento contigo pero como ella nunca te daba una respuesta concreta decides ir sin contar con ella.
El día llega, te dispones a salir de casa y tu amiga te llama de repente para preguntarte qué haces. Le recuerdas el evento y ella dice que te acompaña para que no vayas sola. A los pocos días te enteras que en realidad tenía otro plan con otros amigos pero se canceló a última hora. Parece que tú fuiste su segundo plato, ya que te acompañó al evento porque no quería quedarse en casa sola. Por el interés, te quiero Andrés.
Tu pareja te pide el móvil para mirar algo y ya de paso te fisgonea los mensajes. Empieza a criticar a tus amistades y te pide que pases más tiempo con él/ella porque tus amigos no te quieren tanto como él/ella. En el fondo tú harías lo mismo si le quieres tanto como él/ella te quiere a ti. Esa manipulación hace que poco a poco termines alejándote de tus amistades y aislándote.
Si alguna de estas situaciones te resulta familiar es importante que te alejes de estas personas tóxicas, te cuides y pongas orden en tu vida.
Perfil de las personas tóxicas
Aunque no existe un perfil cerrado, sí que existen patrones que se repiten y ayudan a reconocer de manera fácil y efectiva a las personas y/o relaciones tóxicas.
Por lo general, las personas tóxicas se caracterizan por ser envidiosas, interesadas, criticonas, manipuladoras, egocéntricas y/o egoístas.
Son víctimas de una situación que ellas mismas han creado. Se quejan constantemente de todo lo que les pasa, añadiendo drama y problemas a su vida sin tomar ningún tipo de responsabilidad.
Esta ola de pesimismo les hace desear lo que no tienen y odiar a quienes lo tienen, por lo que nunca son completamente felices ni se alegran por los logros o bienestar de los demás.
De alguna manera conocen los puntos débiles de sus víctimas y saben qué decir y cómo decirlo para manipular y echar la culpa a los demás. De esta manera consiguen bajar el autoestima a las personas e incluso cambiar su forma de ser, quitándoles totalmente su identidad y aislándoles de su mundo para llevarlas a su terreno.
La siguiente fábula ilustra a la perfección una situación tóxica que se da muy a menudo.
La fábula de la serpiente y la luciérnaga
Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía velozmente pero la serpiente no se rendía fácilmente y seguía persiguiéndola.
De repente, la luciérnaga, casi sin fuerzas, se paró y le dijo a a la serpiente:
– ¿Puedo hacerte tres preguntas?
– No acostumbro a dar ese privilegio a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar.
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No, contestó la serpiente.
– ¿Te hice algo malo?
– No, volvió a responder.
– Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
– ¡Porque no soporto verte brillar!
Cómo detectar una situación tóxica
Aunque pueda parecer fácil identificar una situación tóxica, en realidad no lo es. En un principio una relación puede ser normal y con el paso del tiempo aparecen las primeras señales de lo que acabará siendo una relación tóxica.
Además, en la mayoría de los casos nos cuesta creer que alguien que supuestamente nos quiere, nos haría daño. Por eso continuamos adelante sin darnos cuenta de que la relación en realidad nos hace más mal que bien.
Exite otra fábula que ilustra muy bien este ejemplo:
La fábula de la rana y el agua hirviendo
Un día una rana saltó a una olla llena de agua fría. Nadaba felizmente en esa “piscina improvisada” sin darse cuenta de que poco a poco el agua se iba calentando. Como la rana se iba acostumbrando a la temperatura, seguía nadando como si nada. Hasta que el agua llegó a estar tan caliente que la rana murió.
Existen 3 señales que nos ayudan a detectar las situaciones tóxicas:
- Aislamiento: ¿ves a tus amigos y familia cada vez menos? Imagínate el cuento de Rapunzel, que no puede salir de la torre ni hacer nada de lo que le gusta.
- Agresividad: puede ser un comportamiento violento en varios sentidos: un golpe en la mesa, gritos, tirar objetos al aire, romper tus cosas, etc.
- Dominio: control sobre cualquier cosa que haces.
Cómo apartarse de las personas tóxicas
Una vez hayas reconocido alguna de las señales anteriores, hay que pasar a la acción.
Es fundamental empezar a poner límites de forma asertiva para proteger nuestro espacio. No evites situaciones de conflicto por mantener la armonía. Háblalo cara a cara. Si la persona o situación no cambia, entonces es mejor cortar la relación de raíz y alejarse.
También puede resultar útil compartir tu experiencia con alguien, ya que desde fuera la situación toma otra perspectiva y puede ayudar a resolver tus dudas.
Si optas por intentar ayudar a esa persona tóxica para que cambie su comportamiento, asegúrate de que esa persona en realidad quiere cambiar. Si no, estarás desperdiciando tu tiempo.
Ten autocompasión y respétate a ti mism@. En ocasiones, tendemos a quedarnos en una relación tóxica por falta de amor propio. ¿Por qué tenemos que aguantar y sufrir por otra persona?
Recuerda que una persona es tóxica por propia culpa. No necesitas a una persona a tu lado que te quite tu autonomía e identidad. Permítete una relación sana. Nadie debería tener ningún tipo de control en tu vida ni impedirte soñar.
Para aquell@s que les interese este tema, les recomiendo un par de lecturas de Bernardo Stamateas: Gente tóxica y Más gente tóxica, donde nos ofrece un capítulo por tipo de persona tóxica ilustrándonos con muy buenos ejemplos y fábulas para abrirnos los ojos.