Por qué salir de la zona de confort
Permanecer en un lugar conocido y seguro ¿es bueno o malo? Simplemente es monótono. Nos hace volvernos pasivos y no permite que desarrollemos nuestras habilidades. Así que la pregunta más bien es: ¿tu zona de confort te hace feliz o permaneces en ella por falta de valor?
Salir de la zona de confort da miedo, no nos vamos a engañar. Supone un cambio en nuestra vida, nuestra rutina. Un paso hacia lo desconocido que de alguna manera u otra nos hace sentirnos débiles. Sin embargo, es también una manera de cometer errores y aprender cosas nuevas. Una parte positiva que en pocas ocasiones solemos ver o apreciar.
Vestir ropa del mismo estilo, consumir siempre el mismo tipo de cine o literatura, seguir en un trabajo aunque nos aburra tremendamente, no escuchar las opiniones ajenas porque no estamos de acuerdo, no probar una actividad nueva porque creemos que no se nos dará bien, etc. ¿Reconoces alguna de estas situaciones en tu vida o en la de los que te rodean? Esta serie de patrones son los que encontramos en personas que viven el día a día en su zona de confort.
Pero, ¿por qué tenemos miedo a salir de nuestra zona de confort?
- Por incertidumbre. No queremos tomar diferentes decisiones o cambiar nuestra manera de pensar.
- Por no enfrentarse a lo incómodo. Nos negamos a atravesar nuevos procesos de aprendizaje.
- Por no encarar conflictos hasta que no nos queda otra opción. Por ejemplo, si tenemos un trabajo aburrido pero estable, lo mantendremos porque nos da seguridad y tranquilidad. Sin embargo, si nuestro trabajo no nos permitiese pagar nuestras facturas nos pondríamos a la búsqueda de empleo inmediatamente sin importar el esfuerzo que nos suponga. Lo mismo ocurre con la salud. Seguiremos comiendo comida basura y ganando kilitos hasta que algún problema grave de salud nos pegue un toque. No será hasta ese momento que empezaremos a adoptar hábitos saludables, aunque los odiemos.
- Por el miedo a la crítica. El qué dirán o pensarán de nosotros nos reconcome.
- Por el miedo al fracaso. ¿Qué pasa si no alcanzamos el éxito?
- Porque una zona de confort significa eso, confort.
Todos estos miedos son también una manera de procrastinar pero en el fondo, ¿qué podemos perder? Por qué no nos preguntamos: ¿qué aprenderé si salgo de mi zona de confort? Si lo intentamos y fallamos, siempre tendremos la oportunidad de intentarlo de nuevo. Salir de la zona de confort significa que las cosas comenzarán a salirse de nuestro control en algún momento pero porque son nuevas, diferentes. Fallar es solo una opinión externa sobre cómo deberían hacerse las cosas. Sin embargo, siempre podemos aprender algo de la experiencia. Cada paso fuera de la zona de confort es un paso más cerca de la zona de crecimiento.
Hace tiempo descubrí una charla magnífica de Brené Brown que se llama “El poder de la vulnerabilidad”. Brené es una investigadora que habla sobre la vergüenza como el miedo a la desconexión.
Brené describe la vulnerabilidad como “un riesgo emocional, exposición, incertidumbre, nuestra medida más exacta de coraje”.
Según ella “No existe coraje sin vulnerabilidad. La razón por la que no asociamos vulnerabilidad con coraje es por la vergüenza. La vergüenza es el sentimiento de no ser suficiente. Y la razón por la que evitamos salir de nuestra zona de confort es el miedo a la vulnerabilidad”.
Brené nos anima a abrazar la vulnerabilidad y dejar de controlar o intentar predecir las cosas. Deberíamos decirnos que somos suficiente para dejar de gritar, empezar a escuchar y ser bondadosos con nosotros mismos.
Siguiendo las palabras de Brené, te animo a sentirte vulnerable, a intentar salir de tu zona de confort poco a poco, adentrarte en la zona de crecimiento y ver qué pasa.
¿Siempre quisiste mejorar tu inglés pero crees que tu pronunciación es horrible? Si Ana Botella dijo aquello de “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” delante de medio mundo, ¡no hay vergüenza que valga!
Sabes que el sedentarismo te está pasando factura pero detestas hacer deporte, especialmente sol@. Busca algún conocido con el que salir a pasear o apuntarte a alguna actividad.
¿Te gustaría conocer gente nueva pero te resulta incómodo? Apúntate a un curso, haz un voluntariado, únete a alguna comunidad de uno de tus hobbies favoritos, etc. Quizás sea una manera de conocer a otras personas.
Nada malo puede salir de ello. Por el camino solo se pueden descubrir cosas nuevas y aprender. Todo es posible. Solo tú pones los límites.