Cómo decir que no sin morir en el intento
No. Aparentemente una palabra sencilla, de dos letras que a menudo nos resulta difícil pronunciar. ¿Por qué nos cuesta tanto decir que no? ¿Lo asociamos a ser groser@ o a un sentimiento de culpabilidad? ¿Se puede aprender a decir que no?
Ya desde pequeños escuchamos mil y una veces la palabra no: ¿puedo comer más chuches?, ¿puedo quedarme más tiempo jugando?, ¿me compras este juguete y el otro de más allá? Casi era una respuesta automática de nuestros padres pero a pesar del rechazo no dejábamos de intentarlo. Nos enfadábamos, ¡vaya si nos enfadábamos! La diferencia es que cuando éramos pequeños, nuestros padres tenían que actuar como nuestra conciencia, ya que de eso aún nos faltaba bastante. No conocíamos ningún tipo de límites.
Sin embargo, “no” no es solo un signo de rechazo o prohibición, es una palabra muy poderosa que también significa crecimiento. “No” es un escudo que nos protege del daño que nos pueda hacer el “sí”. Es por eso que la habilidad de decir “no” es una de las habilidades más importantes que una persona pueda tener. Por ello, es fundamental saber cuándo, cómo y por qué decir que no.
Por qué es tan difícil decir que no
Si ya nos cuesta decirle que no a nuestras madres y abuelas cuando nos quieren cebar, decir no a una persona con la que tenemos menos confianza nos supone un reto importante. Pero, ¿por qué?
En realidad, es algo biológico. Está demostrado que nuestro cerebro está programado para responder de manera más fuerte a la información negativa. Es decir, las situaciones de información negativa provocan un aumento de la actividad cerebral que hace que nos volvamos reacios a infringir el mismo dolor a otros. Es lo que se conoce como sesgo de negatividad, es decir, una situación negativa nos impacta mucho más que una situación positiva. Por ejemplo, un insulto lo recordaremos mucho más que un halago o cumplido.
En muchas ocasiones pensamos que si rechazamos algo estamos perdiendo una gran oportunidad: «¿qué pasa si le digo que no al trabajo de mis sueños o no voy a una fiesta en la que podría estar mi media naranja?» En otras ocasiones estamos tan obcecados en intentar satisfacer a los demás que nos olvidamos de nosotr@s mism@s. El miedo a ser juzgado, rechazado o el simple hecho de “no gustar” a los demás nos lleva a tomar decisiones que no siempre nos benefician ni nos hacen respetarnos a nosotr@s mism@s.
La educación y nuestras experiencias vitales también juegan un papel fundamental en nuestro poder para decir no. Por ejemplo, una persona con baja autoestima tenderá a contestar sí más a menudo por miedo al rechazo.
El síndrome del impostor es otro de esos factores. El hecho de sentirse un fraude, de no ser suficientemente buen@ y de no creerse capaz de asumir ciertas tareas y responsabilidades, nos provoca miedos internos que afectan directamente a nuestra autoestima.
La empatía y la naturaleza humana forman igualmente parte del juego. Somos seres sociales que necesitamos de la conexión con otros humanos. El sentido de pertenencia y el no decepcionar a los demás o crear conflictos son parte de nuestro ser.
Cuándo decir no
Si no estás segur@ de tu respuesta, siempre puedes fiarte de las señales que te da el cuerpo. Si sientes una sensación de satisfacción y empoderamiento, estás en la dirección adecuada. Si por el contrario, sientes un nudo en la barriga y sensación de angustia, has tomado el camino equivocado.
Además de las señales corporales, también puedes probar a responderte alguna de estas preguntas cuando te encuentres en una situación indecisa:
¿Me hace sentir incómod@ lo que me están pidiendo?
¿Me hace sentir culpable o incluso obligad@?
¿Sé que me va a estresar o sobresaturar?
¿Va en contra de mis valores, mi libertad o mi bienestar?
¿Digo que sí por satisfacer a alguien aunque me perjudique?
Entonces, claramente di NO.
Por qué decir no
Decir no es una cuestión de prioridad, una forma de quererse y cuidarse a un@ mism@. Es una necesidad, al igual que ducharse o lavarse los dientes son importantes para nuestra salud física, también lo es darle prioridad a nuestras necesidades.
- 🧘🏻 Decir no por nuestro bienestar mental. No podemos morder más de lo que podemos masticar.
- 🫂 Decir no para construir relaciones sanas y fuertes basadas en los límites y el respeto mutuo.
- 🫶 Decir no para autocuidarse, pensar en un@ mism@ y priorizar necesidades.
Cómo decir no
Llega el quid de la cuestión, ¿cómo digo que no sin sentirme culpable? No hay un remedio mágico pero a base de práctica constante, se puede pasar a olvidar por completo ese sentimiento de culpa y decir no con confianza.
Cuando digas que no, que sea una respuesta corta y directa. No te andes con rodeos. No necesitas dar explicaciones para intentar convencer a la otra persona: no, gracias. No puedo. No tengo tiempo. No me viene bien ahora. PUNTO.
Cuanto más clar@ y contundente seas al contestar que no, mejor. Si titubeas y te muestras insegur@, será más difícil para los demás respetar tu decisión.
Si no estás segur@, tómate tu tiempo para considerar los pros y contras. Me lo pensaré.
Si quieres decir que no suavizando tu respuesta, muestra agradecimiento. Gracias por pensar en mí, pero no puedo.
Piensa en situaciones pasadas en las que no supiste decir que no y ensaya posibles respuestas. A veces viene bien hacerlo delante del espejo para ver nuestra propia expresión. ¿Estoy comunicando con confianza y seguridad? Practica y poco a poco te saldrá mejor.
Aprender a decir que no es posible. Nunca es tarde para empezar. Si pones en práctica estas tácticas con las personas de tu entorno, poco a poco te saldrá de manera automática.
2 Comentarios
Ric
Una de las cosas que debemos de aprender en esta vida es a decir NO
Nos ahorraríamos muchos problemas y decepciones, no todo el mundo está dispuesto o sabe decirlo, a nivel emocional, he podido descubrir el poder que tiene esa palabra.
Por otra parte, eso significa auto cuidado, amor propio, algunas de las condiciones que aseguran una buena salud mental que está ligada a nuestro bienestar.
¡Felicidades y gracias por compartir compañera!
Miss Vivécdotas
Cierto.
Me alegro que entiendas el poder del no y puedas usarlo en todas las situaciones de tu vida para auto cuidarte.
Muchas gracias por compartir tu opinión 🙂