Señal del camino de Santiago
Aventuras

Guía completa para hacer el Camino de Santiago

14 minutos

En esta guía concisa pero completa, encontrarás todo lo necesario para ayudarte a planear y tomar decisiones antes de empezar el camino de Santiago. Está basada en mis experiencias personales: cómo planeé el camino, cómo me preparé, por qué me decidí por ciertas cosas, lo que necesité, lo que no y lo que aprendí, entre otras muchas cosas. Todo ello con la intención de hacerte la vida más fácil, ahorrarte tiempo y ofrecerte la perspectiva de una peregrina reincidente.

➡️ ¿Qué es el Camino de Santiago?

Si estás aquí es porque ya has oído hablar del famoso camino de Santiago y quizás te estás planteando ponerte en marcha para descubrir una tradición milenaria. Si te interesa conocer su curioso origen, te lo cuento aquí.

El camino no solo conecta diferentes partes de España con Santiago, sino también de otros muchos países de Europa.

Caminos de Santiago en Europa
Fuente: Wikipedia

El dónde empezar ya depende de lo aventurer@ que te sientas y tus intereses personales.

Europa se hizo peregrinando a Compostela, Goethe

🤷 ¿Por qué hacer el Camino de Santiago?

El camino de Santiago es conocido en el mundo entero. Te sorprendería ver la cantidad de peregrinos de diferentes rincones que te puedes cruzar durante el camino, desde Estados Unidos a Corea. Lo bonito de esta aventura es que cruza océanos para unir culturas y gentes diversas.

Globo terráqueo y elementos de viaje

El mejor tesoro del Camino son las amistades inesperadas

Como diversos son sus peregrinos, diversas son las motivaciones. A pesar de que el camino tiene un origen religioso, las motivaciones de los peregrinos son hoy en día muy diversas: un reto deportivo, conocer una cultura diferente, descubrir arte y arquitectura histórica, unas vacaciones económicas, etc. Sea cual sea tu motivación, la aventura termina siendo reconfortante para cualquier peregrino. Así que la pregunta es ¿por qué no hacer el camino?

Motivos por los que hacer el camino de Santiago

📅 ¿Cuándo hacer el Camino de Santiago?

Interesante pregunta, mi querido Watson 🕵🏻‍♂️ Y la verdad es que no hay una respuesta 100% verdadera. Sino un “depende”. 

Por supuesto y aunque depende de la flexibilidad de cada uno, si tienes la posibilidad de elegir fechas mi recomendación es evitar épocas de puentes o vacaciones

No hay peregrino del Camino que se asuste del rocío

Otro factor importante a tener en cuenta es el calor extremo. Si decides hacer el camino en verano (especialmente si es alguna ruta sureña), asegúrate de ir provist@ de todo lo necesario y organizar tus rutinas diarias para sobrevivir las altas temperaturas (madrugar para evitar horas de extremo calor, hidratarse bien, usar crema solar, etc.). Si no tienes más tiempo que en verano, siempre puedes hacer un camino norteño y dejarte llevar por el factor sorpresa. O tienes suerte o puedes experimentar todas las estaciones del año en el mismo día.

Depende, canción de Jarabe de Palo

En mi caso hice el camino en dos épocas diferentes: en noviembre, siendo consciente de la situación meteorológica, me encontré de todo: lluvia, viento, sol… pero mucha tranquilidad y poca afluencia de peregrinos. Iba bien preparada y no pasé frío. Al final a un@ se le acaba olvidando el tiempo mientras camina.

En una segunda ocasión, hice el camino del norte en marzo y tuve mucha suerte. Alrededor de 20 grados todos los días excepto los dos últimos días que llovió a mares. La afluencia de peregrinos era mayor en los cruces de varios caminos ya casi llegando a Santiago.

Así que como diría la canción: “de según como se mire todo depende”. 🎶

📍 ¿Qué ruta del Camino de Santiago elegir?

La gran pregunta. Con tantas rutas a elegir, no es una decisión fácil pero para ayudarte, hazte estas 3 preguntas:

  1. ¿De cuánto tiempo dispongo? No es lo mismo un fin de semana que 20 días. No es necesario hacer una ruta entera. Puedes empezar en cualquier etapa o parte del camino. Sin embargo, si quieres vivir el peregrinaje en su estado puro y desconectar de todo, te recomiendo un mínimo de entre 7 y 10 días.
  2. ¿Cuál es mi condición física? El camino de Santiago es un reto físico (y mental). Si no haces deporte con regularidad, te pasas muchas horas al día sentad@ o tienes cualquier dolencia física, plantéate una ruta más sencilla (por ejemplo, que no tenga mucho desnivel) y corta para poner a prueba tu cuerpo sin pasarte.
  3. ¿Qué tipo de escapada me gustaría hacer? El camino de Santiago es una forma estupenda de hacer turismo. ¿Qué sitios nuevos te gustaría descubrir?, ¿paisajes de montaña, de interior o de costa?, ¿descubrir fortalezas históricas, monumentos religiosos, la vida de los habitantes de la zona?, ¿disfrutar de una gastronomía diferente?, ¿conocer gente nueva de cualquier parte del mundo?, etc. 

No juzgues mi ruta sin encalarte mis botas

Por suerte, en internet podemos encontrar muchas páginas web con todas las rutas del camino de Santiago con sus diferentes etapas. Échale un vistazo a ésta, que ofrece detalles como historia de la ruta, kilómetros por etapa, desniveles, información sobre los municipios, guías pdf descargables, etc. Es una herramienta muy útil para ayudarte a decidir por una ruta u otra teniendo en cuenta los factores anteriores.

Si quieres saber cómo planeé mi camino portugués por la costa, el nivel de dificultad que me supuso y cómo me sentí día a día, te lo cuento aquí.

🛏️ ¿Dónde alojarse?

Si quieres una opción económica y no te importa compartir habitación con otros peregrinos, sin duda alguna los albergues son la mejor opción. Los hay públicos (pertenecientes a una administración pública, religiosa o asociación local), y privados (de un particular). Son de uso exclusivo para peregrinos, por lo que tendrás que presentar la credencial de peregrino.

Los públicos, a diferencia de los privados, no admiten reservas. Las plazas se asignan por orden de llegada. Igualmente, los peregrinos que llegue a pie tienen preferencia sobre aquellos que lleguen en bicicleta.

Albergue

Es recomendable llevar un saco de dormir, ya que en algunos albergues no ofrecen mantas. Sí disponen de duchas con agua caliente. En ocasiones también lavadora, secadora, cocina e internet. Todo ello bastante modesto, como debe ser la andadura del peregrino. Un albergue no es un hotel.

El precio de los públicos suele estar entre los 5-10€. En los albergues privados va desde la voluntad (incluyendo las comidas, que no las ofrecen en todos) hasta un precio fijo de entre 8-15€.

Si prefieres comodidad, privacidad y evitar cargar con sacos de dormir, siempre puedes optar por hostales, hoteles, viviendas privadas o casas rurales

Podría recomendarte alguna página específica sobre el camino de Santiago para buscar alojamiento pero me parece más sencillo, rápido y actualizado mirar directamente en Google Maps u otra plataforma de alojamiento. Así verás todas las opciones privadas disponibles en cada ruta para asegurarte de encontrar un sitio en caso de que llegues a un albergue público y esté completamente ocupado.

Una hora duerme el gallo, dos el caballo, tres el santo, cuatro el que no es tanto, cinco el capuchino, seis el Peregrino, siete el caminante, ocho el estudiante, nueve el caballero, diez el pordiosero, once el muchacho y doce el borracho

En mi caso, la primera vez que hice el camino no reservé alojamiento con antelación. No sabía cómo me iba a sentir físicamente ni en qué sitio iba a terminar mi etapa. Así que fui caminando poco a poco y preguntando según llegaba. También es verdad que lo hice así porque era noviembre y la ocupación es baja. Eso sí, muchos albergues están cerrados por esa época así que combiné albergues con alojamiento privado.

🎒 ¿Qué llevar?

Diría que esta pregunta es la más importante de todas. Si aprendí algo valioso fue que durante el camino de Santiago un@ lleva una vida sencilla: comer, hidratarse bien, descansar y avanzar

No se necesitan muchas cosas materiales. Así que olvídate de preparar una mochila estilo Mary Poppins. Lleva lo absolutamente imprescindible (no más de 7kg) Cuanto menos peso, más te lo agradecerá tu cuerpo. Créeme. Con el paso de los días no solo el cansancio se va acumulando, sino también los dolores y la mochila tiene mucho que ver con ello.

Enseres que llevar al camino de Santiago

Igual de fundamental es el calzado. Lleva un calzado que ya hayas usado alguna vez, con el que te sientas cómod@, que no te apriete, de suela gruesa, transpirable, antideslizante e impermeable (dependiendo de la época en la que hagas el camino).

Es recomendable llevar un segundo par o incluso unas sandalias. Por muy cómodo que sea tu calzado, después de unos cuantos kilómetros, es inevitable que salgan rozaduras y/o ampollas. 

Si te arriesgas a no llevar calzado de repuesto, siempre puedes comprar calzado por el camino pero ten en cuenta que en ocasiones se atraviesan aldeas donde hay más fauna que habitantes. He aquí una peregrina que tuvo que caminar en sandalias con calcetines porque no encontraba ninguna zapatería. Por suerte, y después de 7 km me encontré a un alma caritativa que me regaló sus zapatillas deportivas y así pude terminar el camino. Como ves, el camino tiene su magia.

Los bastones de senderismo son también una gran ayuda para evitar cargar todo el peso en las piernas (especialmente por zonas de montaña) y mantener una postura más erguida.

En el silencio del camino, se escucha la voz del alma

Con la ropa sé también escuet@. Limítate a lo necesario: ropa ligera, transpirable y chubasquero para ti y tu mochila. Para algo más abrigado, recomiendo prendas de lana de merino, que mantienen la temperatura corporal y se secan muy rápido.

Personalmente me las apañé con 3 camisetas y 2 pantalones o leggings, 1 cortavientos impermeable, 1 plumas ultraligero, 1 pantalón impermeable y 1 chubasquero.

Igual de importante es la protección para el sol: gorra, gafas o crema protectora. Con una temperatura de entre 15-20°C caminando tantas horas, es posible quemarse fácilmente. Por el contrario, si te decides por una época más fría, un gorro, una braga térmica para el cuello, guantes y otras prendas térmicas o de merino siempre te vendrán bien.

Un botiquín es indispensable: tiritas (mejor que sobren), gasas, esparadrapo, alcohol, betadine, tijeras, pastillas o gel para el dolor, repelente de mosquitos, pañuelos de papel, etc. No soy muy fan de tomar Ibuprofenos enseguida pero después de muchos kilómetros, alivia los dolores bastante. Los sobres energizantes también te devuelven a la vida en un momento.

Durante el camino es recomendable tener siempre a mano algo para hidratarse y reponer fuerzas. Normalmente se encuentran opciones durante el camino pero por si acaso, es bueno llevar agua, alguna bebida isotónica y snacks energéticos tipo frutos secos, chocolatinas, etc.

Con pan y vino se anda el camino

Otros enseres a tener en cuenta son los de higiene personal, los documentos personales (documentos de identidad, tarjeta sanitaria) y la credencial, la cual no es obligatoria pero necesaria para gozar de ciertas ventajas (como el alojamiento) y conseguir la Compostela una vez terminado el camino de Santiago. Algo que me resultó muy útil es llevar bolsas de cierre hermético no solo para proteger los documentos, sino también móviles, cables, etc. (sobretodo, cuando llueve a mares).

Furgoneta de Correos transportando las mochilas

Si prefieres hacer tu peregrinaje más sencillo y no cargar peso, hay diferentes empresas como Correos que transportan tu mochila a lo largo del camino. Por la mañana te recogen la mochila en tu alojamiento y hacia el mediodía la entregan en el siguiente alojamiento. Personalmente me pareció un servicio muy práctico y funcionó sin problemas. Incluso nos cruzábamos con la furgoneta de Correos todos los días en algún punto del camino.

🏃🏾 ¿Cómo prepararse físicamente?

A la hora de decidirse por una ruta, la condición física es fundamental. Sin tener que ser atleta de élite, sí que es recomendable realizar cierta preparación física antes de iniciar el camino.

Te recomendaría hacer una prueba de 3 o 4 días seguidos caminando una media de 20 km cada día (con mochila si no vas a contratar ningún servicio externo) Eso te dará un primer sabor de boca de cómo te vas a sentir tanto física como mentalmente.

Las etapas no son siempre de 20 o 30 km. Hay rutas con etapas predefinidas en internet pero siempre puedes adaptarlas a tu condición física. Si crees no poder hacer más de 10 km, tampoco hay que torturarse. Simplemente asegúrate de que hay alojamientos cercanos allá por donde pases por si no puedes avanzar.  

En camino largo, corto el paso

Una vez que comiences a caminar te recomiendo hacerlo con calma. No hay prisa, no es una carrera contrarreloj. Mantén un ritmo tranquilo, disfruta del paisaje y todo aquello que el camino tiene para ofrecerte. Haz todos los descansos que necesites, hidrátate bien y cuida tus pies al final de la jornada.

Consejo: es posible que en algún momento te encuentres con dos desvíos, el camino original y el complementario. Los caminos complementarios se crearon a posteriori para ofrecer una alternativa en mejor estado y hacerle la vida un poco más fácil al peregrino. Sin embargo, una vida un poco más fácil a veces implica caminos con más rodeo, es decir, en mejor estado pero con muchos más kilómetros que el original. Si te encuentras con esta situación y dudas, pregunta a los habitantes de la zona. Me pasó en el camino del Norte en Mondoñedo.

💡 ¿Qué aporta el camino?

Los aprendizajes del camino de Santiago son muy personales y variopintos. En cada una de las ocasiones que hice el camino aprendí algo no solo de los lugares nuevos que descubrí sino también de mí misma. Con lo cual, el camino para mí es una experiencia repetible e inolvidable.

El camino aporta calma, silencio, desconexión, diálogo con uno mismo y comprensión del cuerpo.

A mí me ayudó a minimizar los problemas, relajarme, soltar los pensamientos negativos, centrarme en los positivos y ser agradecida.

Disfruté del tiempo en silencio, del sonido de la naturaleza, del aire puro, del olor a eucalipto, de los animales y las sencillas vidas en las zonas rurales, del encuentro con peregrinos de todas partes del mundo y los habitantes locales.

Los kilómetros me hicieron darme cuenta de mi debilidad física pero también de mi fortaleza. Había días que lo pasaba tremendamente mal y pensaba que no iba a poder seguir pero después de descansar, soprendentemente me volvía a poner en pie y avanzar.

La lluvia tampoco me lo puso fácil. Me odié por cargar una mochila pesada y caminar lento, me castigué por haber elegido unas vacaciones para mojarme y pasar dolor, me arrepentí por no haber metido calzado de repuesto, más tiritas, etc. Pero todo se fue pasando con los días y tanto la lluvia como los dolores se me fueron olvidando. 

Cuando fui en grupo también aprendí mucho. Cada peregrino tiene su propio motivo de alegría: encontrarse el siguiente mojón en el camino, contar los kilómetros que llevamos, hacer una pausa para comer, acercarse a acariciar a un perro, darle de comer a un caballo, terminar la etapa sin heridas en los pies, admirar los paisajes, etc. Hacer el camino en grupo supone tolerancia, respeto y empatía. Hacer pausas cuando alguien lo necesita, ayudar y ser comprensiv@.

Una de las cosas que más me gustó fue llevar una vida muy sencilla, sin lujos ni distracciones innecesarias. Centrada únicamente en el cuerpo, la mente, nutrirse, hidratarse y descansar.

Y por supuesto, una de las cosas que más me emocionó no sólo fue llegar a Santiago sino también ver la euforia con la que otros peregrinos celebran su llegada. No es posible describirlo, ¡hay que vivirlo!

El Camino es como la vida: te enseña muchas cosas, pero de forma concentrada

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